Enfrente del Templo de Vesta se levanta el Templo de Cástor y Pólux (Nº 9), dedicado a ambos gemelos divinos[1], vinculados a los primeros momentos de la ciudad de Roma. De él sólo quedan en pie tres columnas, de las diecinueve originarias. Se construyó en recuerdo de la victoria de los romanos sobre los latinos en el Lago Regillo, en el 499 a . C, facilitada por su milagrosa aparición en persona en la batalla. Los Dioscuros, de origen griego, son adoptados a inicios del siglo V a. C por la religión romana incorporando así, por primera vez de forma clara, un culto procedente del gran referente cultural del Mediterráneo, los griegos. En un momento en el que Roma comienza a expandirse, Cástor y Pólux no sólo conectan con la legendaria Troya, siendo hermanos de Helena, sino que se erigen con el respaldo de un paralelo esta vez propiamente romano muy importante, los propios Rómulo y Remo. En la iconografía, ambos aparecen asociados a dos caballos. Su culto se relaciona con el orden de los equites (caballeros).
Templo de los Dióscuros en un grabado de Piranesi
[1] Eran los hijos de Zeus y Leda, a la que se unió bajo la forma de un cisne.
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