lunes, 27 de diciembre de 2010

Apéndice: La Roma de Mussolini.


No podíamos dejar de hacer breve mención a las intervenciones constructivas que se dieron en la Roma de Mussolini movidas por la necesidad de avalar la construcción del mito de la romanidad fascista,  una utilización del pasado italiano como medio de búsqueda de referentes y legitimación ideológica, referentes que se encontraron en el esplendoroso pasado imperial romano. Es necesario citar algunas de las obras llevadas a cabo para que el visitante las reconozca sobre el terreno al pasar por sus escenarios, máxime cuando nuestra ruta recorrerá de arriba abajo la Vía de los Foros Imperiales, que fue creada por el fascismo italiano expresamente para conectar la Piazza Venezia y el “Altar de la Patria”, monumento al rey Víctor Manuel II, con el Coliseo romano y el Arco triunfal de Constantino, y allí realizar desfiles militares.





La plasmación de la ideología fascista en las edificaciones del período es interesantísima para nuestro caso, pues bebe de la tradición arquitectónica romana, presente en Roma por doquier, y más cuando este proceso de uso intencionado y manipulación de la Historia se dio por parte del régimen fascista de Mussolini de manera tan espectacular, y deja una huella en la ciudad que el visitante interesado debe reconocer para comprender dónde está y por qué estas intervenciones se dieron en ese lugar y de esa manera.
El fascismo italiano busca una vuelta a los orígenes de la Roma antigua, enorme y poderoso imperio mediterráneo, para avalar su construcción nacionalista italiana. El elemento capaz de cohesionar a los italianos resulta ser una historia común, basada en un pasado ficticio. Este es el mito de la romanidad. Se conecta el pasado romano imperial con el fascismo, presentado como una “tercera vía” frente al capitalismo y el socialismo, un nuevo modelo de sociedad que es propiamente italiano al situar sus raíces en Roma y el clasicismo. Se busca así mover a las masas y enviar ese mensaje unánime.
En la Roma antigua podía verse desde la perspectiva fascista un referente a un régimen antidemocrático, en el que se exaltara el papel de un poderoso “emperador” y el gobierno de unas élites sobre las masas. Volver a la Roma imperial suponía también dar un salto a la Antigüedad italiana ignorando el paréntesis de la modernidad. Ello no impide al fascismo relacionarse con movimientos sociales nacidos de esa misma tradición de modernidad. Las contradicciones son inherentes a la consecución de la ideología fascista, movida por unos intereses concretos y que podían encontrarse en direcciones cambiantes. El mito de la romanidad se convertirá así en el eje de toda la propaganda fascista, y según éste, principios como el respeto a la tradición y a la patria, a la jerarquía rígida, la energía y la firmeza, la conciencia de una misión imperialista “civilizadora”… son válidos para el régimen fascista pues lo eran también en la Roma antigua, que se ha manipulado intencionadamente al servicio de unos intereses políticos e ideológicos presentistas. Esta construcción del mito de Roma sirve al fascismo para incorporar símbolos romanos, terminología política de raíces romanas… Se utiliza también la Arqueología para acercarse al pasado romano y construir la “nueva Roma”, cuyo mayor exponente será el “sventramento (“destripamiento”) di Roma”. En 1937 se celebra el bimilenario de Augusto, que como primer emperador romano se comparará al Duce, el fundador del nuevo imperio fascista.





Gran parte de las ideas que aquí se exponen sobre el mito de la romanidad en el fascismo italiano proceden de la conferencia “La antigüedad en los fascismos europeos: clasicismo y reacción”, de J. MOLINA VIDAL, dentro del curso Un pasado imaginario: la antigüedad en la cultura y la propaganda del franquismo, celebrado en julio de 2003 por la Universidad de Verano Rafael Altamira.

Campo de Marte central: Templos A, B y C en Área Sacra de Largo Argentina.(II)

El Templo C, el más antiguo de los cuatro, aparece asociado a otra divinidad de las aguas, Feronia.  Feronia es una divinidad femenina asociada a la fertilidad, al fuego, a los viajeros y a las aguas. De carácter popular, era adorada en la festividad de las Feroniae. Puede ser el testimonio de la introducción de un culto de origen sabino tras la guerra  contra este pueblo del año 290 a. C, sometidos por M. Curius Dentatus


También en relación al agua aparece la divinidad tutelar del Templo D, los Lares Permarini, antiguo culto itálico, posiblemente introducido desde las regiones de los sabinos. El llamado Templo D, el tercero en orden cronológico, se votó y dedicó a inicios del siglo II a. C. Su planta presenta una gran cella rectangular precedida de un pronaos hexástilo[1].
El hecho de que tres de los cuatro edificios republicanos de este recinto estén asociados al agua, junto con la cercanía del Ninfeo de la Via delle Botteghe Oscure, las Termas de Agripa y la identificación en el área de las dos Porticus Minuciae, la Vetus y la Frumentaria, lugares de reparto gratuito del grano a la población, hacen que puedan identificarse con probabilidad estos edificios con las dependencias de las cuales dependían los acueductos[2] (Statio acquarum).





[1] BIANCHI BANDINELLI, R; TORELLI, M; L´Arte dell´ Antichità Classica. Utet. Torino, 1986.
[2] COARELLI, F; Guide archeologiche Laterza: Roma. Seconda Edizione.

Campo de Marte central: Templos A, B y C en Área Sacra de Largo Argentina.


El Campo de Marte es, en su significado más amplio, la zona comprendida entre el Campidoglio, el Tíber y parte del Quirinal y el Pincio, destinada a los ejercicios militares y a los comicios. En su zona central se encuentra el lugar donde realizaremos nuestra tercera parada: el Área Sacra de Largo Argentina. En el Área Sacra de Largo Argentina se construyeron cuatro templos diferentes, todos a lo largo de la época republicana. Enfrente de ellos se extendía un pórtico, el Porticus Minucia Frumentaria, donde tenían lugar las distribuciones gratuitas de grano a la población romana (frumentationes).








El Templo A  (Nº 5) es el situado más al norte de los cuatro. Presenta planta rectangular y en el medievo fue convertido en la Iglesia de San Nicola ai Cesarini. Parece estar dedicado a Juturna, deidad menor propia de contextos acuáticos. Juturna era una ninfa de los manantiales, ríos y fuentes, a la que Júpiter, enamorado de ella, concedió la inmortalidad. Era venerada en las Juturnalia. En el centro del Foro romano se encuentra, al pie del Palatino, el lugar donde en época arcaica manó una fuente, las más importante fuenta natural con que contaba Roma. Ésta se dedicó a la ninfa Juturna.

Las excavaciones junto al Templo B (Nº 6),  de característica morfología circular,  revelaron la existencia de los restos de una estatua colosal femenina en mármol griego, acrolito asociado a la divinidad tutelar de este recinto de culto: Fortuna. Restos de esta estatua pueden verse hoy en el Museo Capitolino-Centrale Montemartini[1]. La diosa Fortuna era venerada bajo distintas denominaciones, como por ejemplo Fortuna Redux (para propiciar el retorno de un viaje). Este templo está dedicado a la Fortuna particular del día presente, Aedes Fortunae Huiusce Diei. Los templos A y B fueron fundados por miembros de la gens de los Lutatii, Lutacios. Bajo influencia helenística, la Fortuna se asimiló a otras divinidades, como Isis. La Fortuna romana es el resultado de aportaciones etruscas y latinas.

 

domingo, 26 de diciembre de 2010

Contrastes


Grafitti en Viale Monte Testaccio.








Adriano en Sant´Angelo.







Escaleras al Palatino.







Detalle de los mármoles del suelo de Santa Maria in Trastevere.









Pajarillos en un mosaico romano.
Museos Vaticanos.









El gato que duerme sobre la motocicleta del Trastevere.












El Foro Holitorio: Templos de Fortuna y Mater Matuta en San Omobono.

En el ángulo sureste de la zona correspondiente al antiguo Foro Holitorio se encuentra situada el Área Sacra de San Omobono. El Foro Holitorio es el área de reducidas dimensiones restante entre el Foro Boario y el Teatro de Marcello, antigua zona de mercado. En rigor, el Área Sacra de San Omobono se encuentra entre el Foro Holitorio y el Foro Boario, pero ante esta disyuntiva se ha considerado hacer mención al Foro Holitorio, para integrarlo en el recorrido. En el Foro Holitorio propiamente dicho encontramos hoy los restos de tres templos republicanos, dedicados a Jano, Spes  (la Esperanza) y Juno Sospita, bajo la Iglesia de San Nicola in Carcere. Sin embargo, no es en éstos en los que nos vamos a centrar en nuestro recorrido. Realizaremos nuestra segunda parada en el Área Sacra de San Omobono, desde la calle Vico Jugario, de nombre latino que conserva en la actualidad.

En este recinto encontramos los restos de dos templos de planta simétrica dedicados a dos divinidades femeninas: Fortuna y Mater Matuta. Los Templos de Fortuna y Mater Matuta (Nº 4) en el Área Sacra de San Omobono están igualmente asociados al Portus Tiberinus, el puerto fluvial del Tíber. Las construcciones más antiguas del recinto se remontan a mediados del siglo VI a. C. La fundación de ambos se sitúa en la tradición antigua en tiempos de Servio Tulio, algo confirmado hoy arqueológicamente mediante abundante cerámica griega de importación y otros materiales. La transición entre las estructuras anteriores, asociadas a la monarquía etrusca, y los templos levantados al iniciarse la República ha sido firmemente constatada en las excavaciones en este área. La reconstrucción principal de los templos se produce a inicios del siglo IV (396 a. C), asociada a Camilo y a la conquista de Veyes.

El culto a Fortuna es en la zona algo posterior. La Fortuna asociada al Foro Boario y a la actividad  empórica de época arcaica presenta características muy similares a la diosa fenicia Astarté, como deidad femenina y gran madre, relacionada con la fecundidad agraria y humana, con el agua y la tierra. El culto a la diosa Fortuna aparece ligado al rey Servio Tulio, al que protegía y gracias a la cual habría alcanzado la realeza. La tradición relata que lo habría amado, entrando por una ventana[1].
Los materiales procedentes de estos niveles de destrucción se conservan en el Antiquarium Comunale, en el Palazzo Caffarelli[2].     





[1] Para consultar un estudio detallado y comparado de ello, ver COARELLI, F; Il Foro Boario. Dalle origini alla fine Della Repubblica. Ed. Quasar, Roma, 1988.
[2] Hoy es uno de los sectores de los Museos Capitolinos. Actualmente cerrado por reformas. www.museicapitolini.org.


El Foro Boario: Ara Maxima, Templo de Hércules y Templo de Portunus.

La ruta parte de un espacio singular en la ciudad de Roma, que desde varios siglos antes de nuestra era reunía diversos elementos que entonces configuraron su disposición, se mantuvieron y desarrollaron durante gran parte de la Antigüedad y de los que aún hoy queda huella sobre el terreno.
El espacio inmediato a la orilla este del Tíber, a la altura meridional de la isla Tiberina, se fue convirtiendo por sus características naturales en un foco de actividades de intercambio comercial, reuniendo a poblaciones provenientes de distintos lugares del Mediterráneo, desde momentos muy antiguos. Fruto de esa convergencia de usos sociales y religiosos se fueron desarrollando una serie de cultos que amparaban ese comercio, comenzando a explicarse míticamente los orígenes de este foco económico de Roma. La llanura comprendida entre el río Tíber y las colinas más próximas a él (el Campidoglio, el Palatino y el Aventino), es en la antigüedad una importante zona económica de Roma, el conocido como Foro Boario o “Foro de los Bueyes”. El Foro Boario unía las dos principales vías naturales de comunicación e intercambios en los orígenes de Roma: el río Tíber, por un lado, y la ruta norte-sur que unía las regiones de Etruria y Campania. Este era un lugar de paso natural del ganado, de ahí su denominación[1]. Esta será nuestra primera parada, visitando los tres primeros bienes de la ruta.
El Foro Boario es un foco de actividades empóricas desde los primeros momentos de la formación de Roma como ciudad-estado, alrededor de mediados del siglo VII a. C. En él confluyen también vías naturales del interior, procedentes del territorio de los sabinos, como la Vía Salaria. Allí acuden comerciantes de diferentes lugares del Mediterráneo a intercambiar productos y lo hacen al amparo, sobre todo, de una divinidad: Heracles. El héroe griego, Hércules en la tradición romana, fue elevado a la categoría divina como dios de carácter mediterráneo, cuyas características lo hacen capaz de ser adoptado por diferentes pueblos procedentes de distintas áreas culturales para este comercio administrativo. Teniendo en cuenta esto, podemos dirigirnos a nuestra primera visita en la ruta: el lugar donde se levantó, hace más de dos mil años, el Ara Maxima.
 



El Ara Máxima (Nº 1) se levantó como un importantísimo elemento religioso que amparara los intercambios comerciales, permitiendo el desarrollo económico de la población. Se trata de un altar levantado en un primer momento y según la tradición por los habitantes de este primer núcleo a Heracles divinizado, en esta zona consagrada a su culto. El altar se relaciona así con los intercambios y el comercio[1]. El área fértil donde se ubica, la depresión del Velabro, se desecará y adecuará más adelante para la construcción allí del núcleo político de la ciudad-estado, con la construcción de la Cloaca Máxima, cuya canalización discurre entre los templos de Hércules y Portuno. El mito fundacional de Roma por Rómulo cuenta ya que éste incluye en el 753 a. C en el recinto sagrado (pomerium) de la ciudad el Ara Maxima, referente de una tradición religiosa mediterránea asociada al héroe, atestiguada en la zona desde momentos muy antiguos, alrededor del siglo VI a. C. La forma definitiva del altar se data en el siglo II a. C. Las dimensiones de su podio eran 31,50 x 21,70 m, con un altura de 3,28 m, elevado a 4,17 m tras la intervención augustea[2]. Restos de esta antigua construcción son perceptibles en el interior de la iglesia.
En la zona inmediata al edificio observamos todavía huellas de esta antigua tradición religiosa y de la presencia pasada del altar que la representa, a través de los nombres de las propias calles circundantes. La que cruza la parte posterior de la iglesia recibe la explícita denominación de Via dell´Ara Massima di Ercole. A su vez Roma conserva también muy cerca la Via del Velabro, aunque hoy no quede nada de este curso de agua.




Frente a la Iglesia de Santa María in Cosmedin se encuentra el Templo de Hércules (Nº 2), nuestra segunda parada en la ruta. Este edificio circular se construyó en honor de Hércules Victor, “Vincitore” en italiano, en esta zona que como hemos visto estaba consagrada al héroe, protector de los comerciantes que operaban en el Foro Boario. En el siglo XII se transformó en la Iglesia de Santo Stefano delle Carrozze. Conocido popularmente de manera incorrecta como el Templo de Vesta, es el edificio enteramente construido en mármol que se encuentra en Roma.








Este paso natural del río para personas y ganado, donde confluyen diversos caminos tradicionales de las regiones laciales circundantes, se dota de un  primer puente para cruzar de una orilla a otra, el puente Sublicio, en el Portus Tiberinus. Éste es el puerto fluvial bajo la tutela divina del dios Portunus. La presencia de poblaciones de diversa procedencia supone un importante contacto cultural, que está en estrecha relación con el desarrollo y arraigo de cultos griegos y de origen oriental vinculados al comercio (Portunus, Mater Matuta, Hércules Salarius…), dándose procesos de sincretismo religioso, como el ejemplo de la asimilación del Melqart fenicio al héroe griego Heracles.
El tercer punto de nuestra visita es precisamente el Templo de Portunus (Nº 3), pocos metros al norte del Templo de Hércules. Está dedicado a esta divinidad, protector de los accesos y pasos originalmente, más tarde de áreas fluviales. Es conocido erróneamente como el Templo della Fortuna Virile y en el siglo IX d. C fue convertido en la iglesia cristiana de Santa Maria Egiziaca. En veneración a Portunus se celebraban en Roma las Portunalia.




[1] BRADLEY, G; “Aspects of the cult of Hercules in central Italy”, en RAWLINGS, L; BOWDEN, H (eds.); Herakles and Hercules. Exploring a graeco-roman divinity, Ed. The Classical Press of Wales, Swansea, 2005.

[2] COARELLI, F; Il Foro Boario. Dalle origini alla fine Della Repubblica. Ed. Quasar, Roma, 1988.



[1] Esta presencia ganadera se plasma en el mito del décimo trabajo de Heracles, robar los bueyes a Gerión en la Península Ibérica. Tras cumplir esta tarea, Heracles llegó al Lacio donde se enfrentó al gigante Caco, al que dio muerte. Por librar de su presencia a los habitantes del Palatino, su rey Evandro erigió un altar al héroe, divinizándolo. Este es el origen del culto a Heracles en el Foro Boario.

Maravillas de museo (II)


Hijo de Niobe. Museo Centrale Montemartini.



Sátiro atrapando a una ninfa.
Centrale Montemartini.



Perséfone raptada por Hades, hacia los infiernos.
Patio del Museo Nazionale Romano.




Odiseo y las sirenas.
Museo Nazionale Romano.





Ganimedes y Zeus (bajo la forma de un águila).
Patio del Museo Nazionale Romano.




Maravillas de museo


Marsias. Museos Capitolinos.



Ninfas jugando. Museos Capitolinos.



Ares en el carro de guerra. Palazzo Altemps.



Antinoo. Palazzo Altemps.


miércoles, 22 de diciembre de 2010

Tercer itinerario: Cultos orientales, sincretismo y religiones mistéricas


Este tercer itinerario concluye nuestro recorrido con cinco paradas más. Éstas nos llevarán desde algunos de los ejemplos monumentales presentes en Roma de la influencia ejercida por la cultura egipcia en la sociedad romana, con la incorporación de Egipto como provincia, a cultos llegados del extranjero e instalados en Roma, de los que aún sabemos muy poco. Visitaremos un ejemplo de espacio dedicado al culto mitraico, que nos servirá para introducirnos al desarrollo de los cultos mistéricos, y veremos un ejemplo novedoso y poco común de culto funerario en la sociedad romana: una gran tumba en forma de pirámide. Con ello, comprobaremos cómo se introducen nuevos conceptos religiosos en la mentalidad tradicional romana, los “misterios”, abonando un sustrato que será abordado, más adelante, con el arraigo del cristianismo en el Imperio Romano.



3) CULTOS ORIENTALES, SINCRETISMO Y RELIGIONES MISTÉRICAS

Segundo itinerario: culto cívico y político

Este segundo itinerario incluye la visita a siete bienes concretos, a lo largo de tres paradas. El recorrido nos conduce primero al Foro Romano, donde visitaremos cuatro de los templos que allí se levantaron al servicio de la ciudadanía y la cohesión de los romanos. Más adelante nos dirigiremos al punto más septentrional de la ruta, donde visitaremos dos ejemplos monumentales adscritos a la política del emperador Augusto, iniciador del Principado en Roma. Veremos cómo los elementos constructivos pueden transmitir mensajes propagandísticos a la sociedad y cómo la iconografía puede ser analizada desde el presente como fuente de información histórica. Para terminar, nos dirigiremos al conocido Panteón de Roma, para tratar de comprender los condicionantes de la fundación de este grandioso templo romano.



2) CULTO CÍVICO Y POLÍTICO 

Primer itinerario: cultos antiguos y naturales


El primer itinerario de la ruta abarca los siete primeros bienes elegidos para su visita, aunque comprende en total nueve elementos, todos ellos relacionados con cultos diferentes que tienen en común su vinculación, de manera distinta, con la naturaleza, las actividades económicas y las tradiciones mediterráneas. Se trata de cultos primitivos, de raíces muy antiguas, derivados de la religiosidad natural presente en un determinado territorio, de carácter en cierto modo civilizatorio y que recogen en última instancia necesidades sociales de la comunidad, que cristalizan en lugares consagrados a una deidad, amparando así con el plano trascendente actividades humanas básicas. Este primer itinerario consta de tres paradas, en tres zonas o regiones naturales cercanas y vinculadas entre sí: el Foro Boario, el Foro Olitorio y el Campo de Marte central.


 1) CULTOS ANTIGUOS Y NATURALES

martes, 21 de diciembre de 2010

Breves apuntes sobre religión romana

La religión romana es social y de actos cultuales, y es practicada por los miembros de una comunidad precisamente como tales, no individualmente. Es esencialmente ciudadana. Está ligada a la esfera civil, familiar y socio-política y es politeísta.

Es una religión política en tanto que el Estado es el que media entre los dioses y los humanos, y el civismo se halla en la tradición religiosa grecorromana ligado a la religión. La continuidad y la estabilidad de la civitas dependen de la observancia de la tradición y el respeto a los dioses. El equilibrio necesario entre los dioses y los hombres es la Pax deorum. La religión define y orienta la percepción del hombre, del ciudadano y de la ciudad en el universo, mediante un conjunto de ritos cuidadosamente codificados y practicados según un plan comunitario y en la esfera pública. La religión romana se liga al espacio social romano y a la condición de ciudadanía, y se define como un conjunto de costumbres y reglas impuestas a los ciudadanos. Lo sagrado en Roma todo aquello que se ha consagrado a los dioses según las costumbres de la ciudad. La piedad se define así como el respeto a la tradición religiosa común, las prescripciones rituales. De esta manera, se buscaba evitar la ira de los dioses, a la vez que ganarse su favor[1]. En el ámbito familiar y privado, se practica un culto doméstico comunitario, por ejemplo a los difuntos. El culto a divinidades domesticas como los Lares, Manes o Penates era supervisado por el pater familias.


[1] WARRIOR,V; Roman religion. Cambridge University Press, Hong Kong, 2006.






El logo y los colores

Se ha decidido para el proyecto de ruta un logo, la imagen que podemos ver aquí. Se trata de una estatuilla de bronce de unos 50 cm de altura, encontrada en una de las estancias del santuario siriaco del Gianicolo, el bien patrimonial número veinte y el fin de nuestro recorrido. La estatuilla se ha elegido como logo por lo singular y atractivo de su carácter, lo complejo e interesante de su posible interpretación y en cierto modo por simbolizar las conclusiones de nuestro proyecto, que aún no vamos a anticipar.



Esta es nuestra mascota...




Para una asociación más clara entre cada una de las partes que integran el conjunto del proyecto se ha recurrido a una serie de estrategias simples, como puede ser la de la asociación cromática. En esta línea, el color de la ruta en sí, del proyecto (ambos términos se utilizan intencionadamente como sinónimos) es el verde. Asimismo, cada uno de los itinerarios propuestos tiene un color asociado: el Itinerario 1, el azul; el Itinerario 2, el rojo;  el Itinerario 3, el amarillo.
El logo de la ruta aparece en dorado y verde cuando representa al proyecto completo, y en cada uno de los otros colores cuando hace referencia a los itinerarios.





Mapa de la ruta

Lo más importante ahora es situarnos sobre el terreno, y para ello necesitamos un mapa. Aquí vemos el recorrido de nuestro proyecto de ruta, con la indicación de los bienes y cada uno de los itinerarios, distinguidos por colores.


Lista de bienes que visitaremos

A continuación, se adjunta la relación de bienes escogidos y su organización en itinerarios, precedidos por la numeración que reciben en virtud de su identificación individual y ubicación en la ruta, así como el orden considerado para realizar el recorrido de acuerdo con el discurso planteado.

ITINERARIO 1: Cultos antiguos y naturales

1) Ara Maxima de Hércules.
2) Templo de Hércules Victor.
3) Templo de Portunus.
4) Templos de Fortuna y Mater Matuta en el Área Sacra de San Omobono.
5) Templo A (Juturna) en el Área Sacra de Largo Argentina.
6) Templo B (Fortuna)  en el Área Sacra de Largo Argentina.
7) Templo C (Feronia) en el Área Sacra de Largo Argentina.


ITINERARIO 2: Culto cívico y  político.

8) Templo Vesta en el Foro romano.
9) Templo Castor y Pólux en el Foro romano.
10) Templo Antonino y Faustina en el Foro romano.
11) Templo de Saturno en el Foro romano.
12) Ara Pacis de Augusto.
13) Mausoleo de Augusto
14) Panteón.


ITINERARIO 3: Cultos orientales, sincretismo y religiones mistéricas.

15) Obelisco de Piazza Della Rotonda.
16) Iseo del Campo de Marte.
17) Serapeo del Campo de Marte.
18) Tumba piramidal de Cayo Cestio.
19) Mitreo de San Clemente.
20) Santuario siríaco del Gianicolo.

Concepto abierto de "culto"

La ruta pretende mostrar al visitante que opte por realizar este recorrido una visión lo más completa y diversa posible de los diferentes tipos de culto presentes en la sociedad romana antigua. Para ello se ha tomado como denominación de la ruta un título abierto, que nos permita incluir con la correspondiente justificación modelos muy diversos que nos ayuden a conseguir reflejar esa heterogeneidad. Así, el término “culto” se ha tomado en el sentido más amplio, no sólo como la veneración a una divinidad, sino como algo también extensible al homenaje, admiración y recuerdo dispensado a determinados elementos o individuos. Así, podemos considerar un espacio de culto no sólo los templos cívicos propios de Roma (véase un templo a Saturno en el foro romano), sino que también podemos ver en una tumba monumental o un mausoleo una manifestación de culto de carácter funerario, que busca la perpetuación en la memoria de un determinado personaje.
A lo largo de la ruta comprobaremos cómo en la sociedad romana antigua, al igual que en otras sociedades de la Antigüedad, el ámbito de acción del concepto “culto” puede abarcar más allá de lo que entendemos como estrictamente religioso, la esfera de las creencias. Veremos ejemplos de culto de carácter político, que une ambas esferas religiosa y política con un objetivo justificatorio, cuyo fin último sería la perpetuación del objeto de ese culto en el poder. Además la ruta incluye ejemplos que ponen en evidencia la estrecha línea que separa la base socioeconómica de un grupo de la razón de ser de los propios cultos y su función como elemento que ampara poderosamente y en definitiva explica las actividades económicas básicas de una sociedad.



                                  Grabado de Piranesi: Tumba piramidal del romano Cayo Cestio.
Ejemplo propuesto para ilustrar el "culto" funerario, en este caso con interesantísimas influencias egipcias. 





                                       Ara Pacis de Augusto, muestra material del culto político.