domingo, 6 de febrero de 2011

Analizando los bienes: el segundo itinerario


En el segundo itinerario hemos visitado templos no muy bien conservados y tampoco puestos en valor correctamente, como mayor ejemplo un mausoleo que no puede visitarse y a penas se aprecia entre la maleza en medio de la ciudad. Justo enfrente de él y fuera de su emplazamiento original, el gran moderno Museo del Ara Pacis, cuya estructura imponente contrasta irremediablemente con el mausoleo. Terminamos en el Panteón, entre innumerables turistas, uno de los símbolos más conocidos de Roma.



Los templos del Foro romano son, para cualquier turista en la città eterna, una visita imprescindible. Sin embargo, la mayoría de los mortales hacemos la visita y salimos, desgraciadamente, casi igual de confundidos que entramos. ¿Por qué esto es así, en un foco tan importante como el Foro?  En un lugar como éste, no debería ocurrir. Los templos del Foro no se valoran como debería de ser. Si fuera así, seríamos conscientes de que el famoso Templo de las vírgenes vestales (extrapolable a los demás pues su situación es similar) no está bien conservado, de él queda muy poco, y por ello urge un buen tratamiento y una explicación de su importancia, que en las circunstancias actuales se diluye por completo. Por eso, es necesario instalar paneles explicativos individuales en el Foro Romano, que permitan al visitante pasear por él y comprender cada edificación, qué es cada cosa y por qué es importante conocerlo y conservarlo. Fue el lugar central de la vida de la ciudad, en él se sitúan sus fundamentos, las estructuras económicas y los símbolos políticos, pero quizá lo más importante sea que en esta zona se ubicaban las bases ideológicas y simbólicas de Roma, sus mitos de fundación y expansión hechos templos y áreas sagradas. No puede pasársele por alto al visitante todo esto en medio de una amalgama de materiales arqueológicos dispersos, no sería justo. Los paneles son el requisito mínimo, y esto permitirá una independencia total de los visitantes, que no tienen por qué querer o poder alquilar una audioguía o contratar una visita guiada.  Además, el Foro romano en los meses estivales recibe muchísimas visitas y el calor es considerable. Por ello sería conveniente instalar algunas fuentes más de agua potable.






El Museo del Ara Pacis es la excepción dentro de los veinte bienes en cuanto a puesta en valor. Por desgracia, es el único que aprueba esta evaluación que hemos emprendido. La situación en la que se encuentra el Ara Pacis es correcta dentro de este edificio. Es cierto que no está donde Augusto lo quiso erigir, pero eso se señala claramente en uno de los paneles del Museo. Consideramos que además es un aliciente turístico al combinar un monumento como el Ara Pacis con la arquitectura moderna y diáfana del Museo. Incluye una tienda de recuerdos en la que se exponen libros de arquitectura, combinando muy bien ambos mundos.






El contraste de esta edificación con el abandonado Mausoleo de Augusto, que aún se conserva imponente enfrente a pocos metros, es enorme. Sin embargo, no consideramos que sea problema del museo, sino de la enorme falta de valorización que sufre el Mausoleo. Su aspecto es el de una gigantesca mole de piedra que ha sufrido el paso del tiempo, las reutilizaciones y los saqueos, y hoy se levanta abandonado entre alta maleza y andamios en desuso. Sería absolutamente conveniente que se arreglara su situación terminando las obras, quitando los hierros y andamios de su fachada y acondicionando el jardín que lo rodea. Por dentro, sería maravilloso que se limpiara y se abriera a visitas ordenadas, tanto libres como guiadas. Por supuesto, junto a su entrada debería erigirse un panel completo que incluyera su función y las características de su construcción dentro de la política dinástica augustea. Sería ajustado que incluyera una reconstrucción de su aspecto original, con sendos obeliscos a ambos lados de la puerta de entrada, etc. Esta sería quizá una de las obras más costosas económicamente de las que aquí se proponen y la que necesitaría más recursos, pero una obra tal bien las merece. Quedarían compensados los esfuerzos si consiguen devolver la vida, o al menos un aspecto digno, a este gigante. Una ciudad como Roma, con su pasado y su presente, no debería poder permitirse abandonos patrimoniales así.


El último de los bienes que hemos visitado en este itinerario es el Panteón, una fantástica construcción de grandes dimensiones y una inmensa cúpula. Es muy conocido y accesible y recibe muchas visitas al día, máxime cuando se trata de una visita gratuita y en el mismo centro de Roma, cerca de la preciosa y pintoresca Piazza Navona. El Panteón peca de nuevo de falta de información in situ. Sería conveniente que a la entrada del mismo hubiese un panel explicativo que incluyese las motivaciones de su construcción enmarcadas cronológicamente así como destacar su forma original, hoy no visible. El Panteón se concibió con un enorme pórtico rectangular avanzado respecto a su entrada, que formaba parte de su diseño. Ya que en la actualidad su aspecto no es el mismo que tenía en la antigüedad, por qué no informar sobre ello a los visitantes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario